Con la miel en los labios nos han dejado de nuevo, pero esta vez la diferencia es abrumadora, pues mientras que la primera temporada fue corta y muy light, ésta sin lugar a dudas ha sido intensa y duradera.
Tras la pérdida de varios personajes muy importantes, los supervivientes van tomando roles muy marcados, personalidades dispares con matices deshumanizados y muy instintivos. Prácticamente es lo que le hace ser tan aclamada: la vida, sus relaciones y enfrentamientos después del día Z.
Los efectos siguen mejorando con creces, ya que para mi gusto los muertos vivientes siguen cronológicamente los fenómenos cadavéricos, además de la buena interpretación de los mismos, y que junto al escenario elegido, ayudan a conseguir la incertidumbre y la tensión que hacen q no te muevas del sofá.
En mi opinión, el personaje que más cambia en esta temporada es Rick, ya que la presión de grupo junto a sus problemas personales les provoca un replanteamiento de estrategia, y muy notoriamente, de carácter.
El regalo que ansiaba llegaba a unos minutos del final, con la aparición de mi querida Michonne, de la cuál espero q no varíe de la que conocí en el cómic, pues será un personaje de gran ayuda a Rick en los momentos de decisiones difíciles, y romperá con la imagen de la mujer en un apocalipsis, demostrando más independencia que la misma Andrea.
Ya sólo nos toca esperar, como mínimo para finales de año, y esperemos que así sea. Pero si no aguantas más, te aconsejo el cómic, que aunque no se parezca la serie mucho, te calmará el apetito de “Zombies”
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